El cannabis medicinal se refiere al uso de la planta de cannabis o sus componentes químicos, como los cannabinoides, para tratar o aliviar los síntomas de ciertas condiciones médicas. Los cannabinoides más comúnmente utilizados en medicina son el THC (tetrahidrocannabinol) y el CBD (cannabidiol). El THC es el compuesto psicoactivo en el cannabis, lo que causa los efectos “psicoactivos” asociados con el uso recreativo de la marihuana. El CBD, por otro lado, no es psicoactivo y se ha demostrado que es eficaz en el tratamiento de una variedad de condiciones, incluyendo epilepsia, enfermedades neurodegenerativas y trastornos mentales.
El cannabis medicinal se puede administrar de varias maneras, incluyendo inhalación (vaporización o fumar), ingestión (capsulas, tónicos, comestibles) y aplicación tópica (cremas, lociones, pomadas). Es importante mencionar que en muchos países y estados del mundo su uso esta regulado y su acceso esta restringido solo para pacientes con condiciones médicas específicas y recetado por médicos especializados en ese uso.
El THC (tetrahidrocannabinol) es el principal compuesto psicoactivo presente en la planta de cannabis. Es el responsable de los efectos “psicoactivos” o “psico-relajantes” que se experimentan cuando se consume marihuana. El THC se une a los receptores cannabinoides del cerebro y del sistema nervioso central, lo que altera las funciones cerebrales y puede causar cambios en el estado de ánimo, el pensamiento, la percepción y el comportamiento.
El THC también tiene propiedades medicinales, como el alivio del dolor, el estrés y la ansiedad, así como el tratamiento de la náusea y el vómito relacionado con la quimioterapia. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los efectos psicoactivos del THC pueden ser indeseables para algunas personas, especialmente para aquellos que buscan tratamientos médicos. Por eso se utiliza en conjunto con CBD, que no tiene efectos psicoactivos pero si tiene propiedades medicinales y ayuda a equilibrar los efectos del THC.
El CBD (cannabidiol) es uno de los principales cannabinoides presentes en la planta de cannabis. A diferencia del THC, el CBD no es psicoactivo, lo que significa que no causa los efectos “psicoactivos” o “psico-relajantes” asociados con el uso recreativo de la marihuana. En cambio, el CBD tiene propiedades medicinales, que se han estudiado extensamente en los últimos años.
Existen varios beneficios potenciales del uso del cannabis, algunos de ellos son:
- Alivio del dolor: El cannabis ha sido utilizado durante siglos para aliviar el dolor. Los cannabinoides, los compuestos químicos presentes en la planta, interactúan con los receptores del cuerpo para reducir la inflamación y el dolor.
- Alivio del estrés: El cannabis puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad al actuar en los receptores del sistema endocannabinoide del cuerpo.
- Mejora del apetito: El cannabis se ha utilizado para tratar la anorexia y el vómito relacionado con la quimioterapia y otras condiciones médicas.
- Tratamiento de la glaucoma: El cannabis puede ayudar a reducir la presión intraocular en los pacientes con glaucoma, lo que puede ayudar a prevenir la pérdida de la visión.
- Tratamiento de la epilepsia: El CBD, un compuesto químico presente en el cannabis, ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de la epilepsia.
- Alivio de los síntomas del asma: El cannabis puede ayudar a aliviar los síntomas del asma al relajar los músculos de las vías respiratorias.
- Mejora del sueño: El cannabis puede ayudar a mejorar la calidad del sueño al aliviar el dolor y reducir el estrés.
Es importante notar que la investigación en estos campos aun es limitada y se requiere más estudios para confirmar y ampliar estos beneficios. Además, el uso de cannabis también tiene efectos secundarios y riesgos asociados, es importante consultar con un profesional antes de usarlo para tratar cualquier condición médica.